-Guacala! Este wey se anda echando pedos otra vez.
-Ligero, suave y embriagante. El aroma de esta mujer me entorpece, y hace que el resto de los sentidos queden igual de confundidos que yo. No puedo sentir el perfume de las praderas, o el de los rios. Ni lo dulce del ron, ni lo amargo de un café. Pero no importa, porque no los quiero, solo quiero sentir este aroma.
jueves, 15 de octubre de 2009
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