jueves, 15 de octubre de 2009

Pensamientos de una nariz.

-Guacala! Este wey se anda echando pedos otra vez.


-Ligero, suave y embriagante. El aroma de esta mujer me entorpece, y hace que el resto de los sentidos queden igual de confundidos que yo. No puedo sentir el perfume de las praderas, o el de los rios. Ni lo dulce del ron, ni lo amargo de un café. Pero no importa, porque no los quiero, solo quiero sentir este aroma.

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